Las personas inhalan oxígeno y exhalan dióxido de carbono. Este compuesto inodoro e incoloro no es venenoso, pero puede ser peligroso de dos maneras. Primero, en su estado gaseoso, el CO2 desplaza al oxígeno, por lo que puede causar asfixia en altas concentraciones. En segundo lugar, el dióxido de carbono en estado sólido, también conocido como hielo seco, puede causar congelación si entra en contacto con la piel.